El Ayuntamiento de Barbastro afrontará la problemática en el céntrico barrio de San Hipólito, generada por las conductas incívicas de algunos vecinos de etnia gitana, realizando intervenciones urbanísticas en las zonas más degradadas, así como haciendo velar «porque la convivencia ciudadana se respete al máximo» manifestó el alcalde Antonio Cosculluela a la salida de la junta de portavoces solicitada por la oposición para abordar esta situación.
La oposición solicitó esta junta de portavoces tras reunirse con los vecinos preocupados por la reyerta entre dos familias gitanas en la noche del 9 de mayo y que motivó una operación de la Guardia Civil que culminó el viernes con la detención de ocho implicados y tres identificados.
El alcalde señaló ayer que en los últimos años se han realizado importantes inversiones en el barrio. Reconoció que hay solares que no se acaban de urbanizar y edificios que ya no reúnen las condiciones «por lo que habrá que hacer un plan sobre ellos con actuaciones ya delimitadas en el Plan General. El municipio cuenta con edificios que deberían convertirse en espacios abiertos para mejorar las condiciones del entorno desde el punto de vista urbanístico».
En cuanto a los problemas de convivencia, Cosculluela aseguró que el Ayuntamiento trabaja en coordinación con los servicios sociales y con las fuerzas de seguridad y la policía.
En este sentido, reiteró que la reyerta fue «entre dos familias gitanas que generó alarma social pero que ha terminado con la puesta a disposición de las justicia de los implicados. Se produjo hace mes una pelea y hace tres o cuatro otra pero siempre entre las mismas familias que no van más allá. Sí que es verdad que a veces se producen abusos de la convivencia por parte de unos vecinos que generan ruidos, ocupan de forma indebida la calle, conducen coches sin carné o en malas condiciones, … Eso lo vigilamos en aras de la mejor convivencia y actuamos con la Policía Local con las denuncias pertinentes y habrá que incidir más, pero ese barrio no es el Bronx».